El vinilo de rotulación se distingue principalmente según su método de fabricación y su consiguiente calidad.
Podemos diferenciar claramente dos tipos de vinilos:
Calandrados: Debido a una producción bajo presión por rodillos, se trata de vinilos con menor homogeneidad y de una calidad inferior a los fundidos.
– Monoméricos: Son vinilos indicados exclusivamente para trabajos en interiores o en exteriores de corta duración, como promociones puntuales.
– Poliméricos: Son vinilos para rotulación en exteriores, como rotulación de vehículos o rótulos comerciales.
Fundidos: Se emplean para aplicaciones más exigentes, en superficies irregulares y corrugadas, debido a su alta calidad y durabilidad.
¿Qué función tienen los diferentes tipos de vinilos?
Los diferentes tipos de vinilo complementan a la perfección las exigencias que demanda el mundo de la rotulación, abarcando desde el trabajo más sencillo, como puede ser la implantación de un letrero publicitario en el punto de venta, hasta el que requiere una precisión de montaje perfecta (como la rotulación integral de un vehículo con vinilo wrapping).
El vinilo de rotulación, también denominado vulgarmente “de corte”, ha sido sometido con el paso de los años a mejoras continuas, haciendo de él un material indispensable para las artes gráficas, pues engloba numerosos ámbitos y múltiples posibilidades de aplicación. Desde vinilos opacos a translúcidos, pasando por vinilos al ácido perfectos para garantizar intimidad en la separación de espacios, hasta colores especialmente llamativos como los reflectantes o flúor.
Para facilitar la creación de proyectos, el plotter de corte se utiliza para producir desde pegatinas hasta grandes carteles publicitarios. Una maquinaria profesional ayudará a una mayor precisión a la hora de cortar diseños con mucho detalle o de pequeño tamaño, así como a optimizar en mayor medida el material. Todo ello, junto con la velocidad que le imprime a los trabajos, favorece a rentabilizar el tiempo y el dinero de los profesionales.